lunes, 2 de febrero de 2009

ROCHA ENTRE LAGUNA Y LAGUNA

(Fuente: El Pais, por Miguel Bardesio)

Los primeros diez kilómetros de costa rochense se han transformado en la nueva joya del verano: el territorio casi virgen y el proyecto de puente disparan interés.

Cuando pongan el primer ladrillo del puente, esto explota". Así pronostica un operador inmobiliario el desarrollo de la costa de Rocha enseguida de la Laguna Garzón. Pero esa zona no es solo porvenir, sino presente: el turismo avanza más y más hacia el Este y la siguiente parada tras José Ignacio empieza en esta región casi virgen, pero ya con varias decenas de casas y algunas chacras marítimas.

Desde Maldonado, la Laguna Garzón se cruza en una balsa que por estos días traslada entre 80 y 100 autos por día. Le sigue una costa oceánica de 10 kilómetros hasta la Laguna de Rocha, donde la ruta 10 se termina y no hay balsa. A mitad de camino, el empresario argentino compró 240 hectáreas para el emprendimiento "Las garzas blancas", un loteo en fracciones de unos 3.000 metros cuadrados y que está en etapa de preventa. Aprobado por la Dirección de Medio Ambiente y la comuna de Rocha, el proyecto también incluye el compromiso de construir ese puente que ha tenido una historia de 60 años de idas y venidas.

Esta inversión trae de nuevo la polémica de qué tipo de desarrollo se consolidará en la región. Varias organizaciones ambientales llaman a trazar un plan consensuado de manejo de esta zona delicada y han pedido su entrada al Sistema Nacional de Áreas Protegidas (ver nota aparte).

Por lo pronto, entre laguna y laguna los operadores inmobiliarios concretan negocios, tanto de solares como chacras de hasta 8 hectáreas. Nelson Blanco, de la firma Alejandro Perazzo, asegura que la demanda por la zona está "creciendo". "Hay mucho interés y se han concretado varias ventas. Muchos personajes claves, principalmente argentinos, se han posicionado allí", añade.

Los empresarios argentinos Manuel Antelo, Santiago Soldati y Ralf Harteneck ya han construido en la zona, todos en la línea de costa. Con 2.300 metros cuadrados, la construcción de Harteneck (socio de Bill Gates) es la más grande que la Intendencia de Rocha haya autorizado a un particular.

La tranquilidad y el ambiente virgen llaman también a otros proyectos como el de Constantini. Capitales estadounidenses estarían detrás "Laguna tranquila", un proyecto para la zona que aún está en etapa primaria.

En la región también hay varios balnearios, con fracciones más chicas, pero la mayoría solo existen en los papeles: no hay calles, ni mojones, ni señalización. El Caracol, el primero luego de Laguna Garzón es el más desarrollado: tiene 38 casas, unos 1.000 solares, algunas calles y la energía eléctrica que les llegó recién en julio pasado y sólo a algunas manzanas.

"Los interesados son 40% uruguayos, 40% argentinos y un 20% europeos. En general, personas con conciencia de conservación de la naturaleza, que les gusta la tranquilidad", asegura Liliana González, de la inmobiliaria Estudio 31, instalada en El Caracol.

Los solares tienen un promedio de 1.000 metros, pero también hay oferta de chacras más grandes. "Son públicos distintos", aclara Nelson Silva. "Está el desarrollista, que compra hectáreas, las acondiciona o las refracciona, y el cliente más particular". Liliana González lo dice de forma similar: "Muchos compran y le hacen caminería, algunos tajamares, plantan y vuelven a vender". Aproximadamente, el 35% de los solares de El Caracol está en movimiento.

Allí, los costos van desde 30.000 dólares en adelante cada terreno. Si es sobre el mar o la laguna, puede duplicar y hasta triplicar el valor.

En chacras marítimas, Nelson Blanco pone de ejemplo una sobre el mar: cuesta 35 dólares el metro cuadrado por lo que las siete hectáreas suman dos millones y medio. A la vez, él pronostica que los precios subirán entre 30 y 40% apenas empiezan las obras prometidas del puente de Garzón.

Todas estas playas, sin embargo, son de mar abierto, muy bravas para el baño porque por lo generar están encajonadas. Y por supuesto que el guardavidas más próximo está a más de diez kilómetros. Ni siquiera los lugareños se meten.

Balnearios FANTASMAS. Apenas cruzar la laguna Garzón, lo primero que aparece es un pequeño asentamiento de pescadores. A menos de un kilómetro, está la entrada de El Caracol.

Más adelante en la ruta 10, le siguen una cadena de balnearios con desarrollo nulo: El Bonete, Costa Bonita, Estrella del Mar, San Sebastián, Santa Rita son fraccionamientos de la década del 50, pero que nunca prosperaron como tales. En total, suman más de 10.500 solares que algún dueño tienen, pero en muchos casos se desconocen o los han abandonado. La morosidad es altísima y la Intendencia de Rocha se propone ordenar la zona, sin descartar la expropiación.

En el último, Las Garzas, en el kilómetro 215 de ruta 10, hay una decena de casas sobre la costa.

No hay energía eléctrica, ni calle, por lo que para llegar a Las Garzas se debe atravesar un kilómetro a campo traviesa desde la ruta 10.

Allí trabaja Néstor, acondicionando una. "El dueño es un señor de Maldonado, que viene muy seguido, la disfruta mucho". Y no es para menos: de dos plantas, casa sencilla, un balcón da hacia al mar y los vecinos más próximos están a más de 500 metros. Ideal para un atardecer sobre hamaca paraguaya. Tranquilo, exclusivo, virgen y cada vez más caro.

Preocupación por impacto ambiental

La ONG ambientalista Vida Silvestre ha pedido la entrada de la zona entre Laguna Garzón y de Rocha al Sistema Nacional de Áreas Protegidas. La idea es dar el primer paso para acordar un plan de manejo para esa región, muy delicada desde el punto de vista ambiental, de flora y fauna.

"Lo que está en juego es el futuro de la costa y todo lo que se haga necesita de un plan de aquí a unos 50 años, por lo menos", asegura el oceanógrafo y magister en Ciencias Ambientales, Daniel de Álava.

El experto aclara que no necesariamente deberán tomarse normas rígidas, sino que puedan adaptarse.

La propuesta de ingreso al SNAP está en curso de estudio. El área, igualmente, ya está declarada como protegida por algunos decretos por lo que todo emprendimiento en la región debe contar con aprobación de la Dinama.

De hecho, el proyecto "Las garzas blancas", de Eduardo Constantini, fue aprobado por ese organismo, pero a De Ávala se sorprendió por el resultado. "Me llama la atención que le hayan dado categoría A", lo que implica un impacto ambiental casi nulo.

De Ávala muestra preocupación porque, una vez en curso ese emprendimiento, puede empezar a urbanizarse "el balneario que está al lado". "Seguir desarrollando la costa como hasta ahora podría ser muy perjudicial", concluye.

Kilómetros vírgenes

El departamento de Rocha tiene 180 kilómetros de costa oceánica. En los años 40, hubo una urbanización masiva de estas zonas, pero solo en los papeles: se crearon balnearios, vendían lotes, pero que luego no prosperaban en calles o construcciones. Desde Laguna Garzón a la de Rocha, existe una decena de ellos. Y en la franja que desde La Pedrera a Cabo Polonio, cerca de 30 kilómetros, hay más de 10 balnearios. Punta Rubia es el más desarrollado, le sigue Santa Isabel y San Antonio. En Oceanía del Polonio y San Bernardo (rebautizado como Pueblo Nuevo), capitales argentinos encararon proyectos de desarrollo. Mar del Plata, Atlántica y El Palenque no tienen desarrollo alguno.